Luis Ivars

26.03.2013 00:00

 

- La formación musical se aprende, y se siente. ¿Cómo ha sido la suya?


Los fines de semana de mi infancia los pasé en un cine de sesión doble. De camino a casa siempre tarareaba las melodías de las películas. A los 8 años me nació estudiar música como un deseo natural. Al sentimiento musical intuitivo se sumó el aprendizaje clásico, Fue positivo pero se quedó corto y salté a grupos de diversos estilos (jazz, rock, pop…) para seguir abriendo fronteras estéticas y vivencias musicales. Hoy puedo decir que mi formación musical es una fascinante mezcla de intuición, experimentación y teoría. Y al final, lo que queda es que “tocas o compones lo que vives, lo que sientes”. Si no ¿ que vas a contar ?

 


- Ha compuesto obras para Televisión, Audiovisual, y Museos/Arte. ¿Qué le ha reportado musicalmente cada uno de estos medios?

 


Aunque están relacionados, son diferentes medios. La TV suele exigir trabajos rápidos y adaptados a presupuestos apretados. Pero cuando he trabajado para una mini series, como “Tarancón, el quinto mandamiento” , he intentado acercarme lo mas posible al tratamiento cinematográfico y a pelear por una mejor producción musical.
Los museos me han exigido zambullirme de forma concienzuda en la historia, Entrar en épocas como la prehistoria, el imperio romano, la cultura asiría o escita… para estudiar su música, sus instrumentos, su entorno y su forma de vida. Abro mi mente a cualquier cultura intentando extraer su esencia. Mucho trabajo de estudio pero muy enriquecedor. La recompensa de entrar en museos como el Marq, Muvim o Valltorta y, al escuchar tus músicas, sentir que has añadido una dimensión extra a la exposición que la enriquece y facilita su comprensión, es maravillosa. 
Y en el terreno audiovisual… hay de todo. Creo que, en general, lo fascinante de estos medios es que te mantienen muy despierto. Tienes que estar abierto a cualquier tipo de música, cultura, tecnología, formato audiovisual, etc. y siempre darle la máxima importancia a tu trabajo, sea cual sea el nivel del formato. También te ayudan a ser muy camaleónico y a tener experiencia en leer y sentir los diferentes tempos y personalidades de las narraciones a musicar. 
Resumiendo, tras haber trabajado en tantos y tan diverso medios, me siento un océano de sabiduría… de un palmo de profundidad.

 

 

- De todas las películas que ha compuesto, ¿con cuál se quedaría, y por qué? 

 


Ya sabéis que es muy difícil dejar en la cuneta ninguna de tus pelis. Cada una tiene virtudes y momentos “importantes” para ti. No olvido la pasional Tabarka, por ser la primera. O Tiempos de azúcar, mi primer trabajo con Juan Luis Iborra, que me permitió expresar la mediterranía que atesoraba en mis vivencias. Y la basada en el Misteri d´Elx, Sagitario, con un Molina Foix muy abierto a experimentar. Pero mis últimos trabajos con Antonio Hernández son los que mas frescos están y reconozco que componer Capitán Trueno me ha dado mucha satisfacción

 


- La banda sonora “El Capitán Trueno”, a mí gusto ha sido una partitura valiente por su parte. ¿Qué destacaría de ella?

 


Valoro tus palabras. Es un gran riesgo hacer la música de un personaje-leyenda. Puse mucha energía en ello y siento que el resultado fue bueno. Desafortunadamente muy por encima del nivel de producción de la película.
Noventa minutos de BSO, ( probablemente la mas larga del cine español ) dan para una compleja estructura y muchas ideas y timbres. Engarzar y buscar variaciones de lo ochos temas sobre los personajes principales, fue un reto continuo. Lo que destacaría es haber conseguido que la música vaya todo el tiempo muy sincronizada a la acción. Fue muy difícil, sobre todo cuando tuve que componer para los efectos especiales sin que estuvieran acabados. La verdad es que esto daría para un libro.
En breve se estrena la nueva suite del Capitán en el ADDA de Alicante y dentro de Cinema Jove, en junio, con la Joven Orquesta de Valencia.

 

 

- ¿Qué compositor/es ha sido su inspiración, para formar parte en éste arte?

 


Sin duda me han influido compositores que han tratado con brillantez la melodía, como Ennio Morricone, Nino Rota, Luis Bacalov, o Riuychi Sakamoto. En un encuentro con Morricone me comentó que componía horizontalmente, esto es, desarrollaba la melodía y rellenaba la armonía según avanzaba. Un tanto como yo había desarrollado intuitivamente mis trabajos para imagen. También he apreciado mucho los tratamientos tímbricos y orquestales de Jerry Goldsmith.